La balada de Aotrou e Itroun by J. R. R. Tolkien

La balada de Aotrou e Itroun by J. R. R. Tolkien

autor:J. R. R. Tolkien [Tolkien, J. R. R.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 1930-01-01T00:00:00+00:00


La Córrigan

Una balada bretona, según: «Aotrou Nann Hag ar Gorrigan» una balada de Léon

II

Mira con qué alegría ellos cabalgan,

¡el joven conde y su joven novia!

Que no ensombrezca nada su alegría,

aunque el mundo esté lleno de portentos. 4

Cae un canto desde altos ventanales.

¿Por qué cantan? ¡Que pueda reposar!

Dos llantos de bebé escuché ayer tarde

estando aquí debajo. 8

Un varón y una hermosa doncellita

como lirios hermosos en la cuna,

y a su joven esposa el conde dijo:

«¿tu corazón qué ansía? 12

Gracias a ti yo tengo ahora un hijo,

y aquello que desees hallaré,

aunque tenga que cabalgar la tierra

y sufrir hambre y sed. 16

¿Por un ave que nade en una charca?

¿Un ciervo pardo de una verde fronda?»

«El pardo ciervo a mí me gustaría,

mas no que tú te vayas». 20

Tomó lanza de fresno con la mano,

cabalgó por la tierra en rocín negro.

Bajo el verde dosel de Brocelandia

su cuerno suena lejos. 24

Saltó una cierva blanca entre las hojas,

por todo el bosque fue detrás de ella;

hasta el crepúsculo bajo las hojas

él siempre cabalgó. 28

La tierra retembló bajo los cascos;

las ramas se curvaron como un techo,

y el sol se retejió como una trama,

se oyó una risa lejos. 32

Se puso el sol, se oscureció la tarde.

Una fuente de un hada destelló

allí ante la gruta donde estaba,

córrigan de Bretaña. 36

Verde la hierba, claro era el estanque;

su rostro se lavó en el agua fresca,

y en un banco de plata la vio luego

cantando ignotos sones. 40

La luna iluminó su largo pelo

entre las ramas; con un peine de oro

peinaba los mechones extendidos

al lado de su fuente. 44

Oyó su voz y resultó ser fría;

eran de un mundo antiguo sus palabras,

cuando no andaban hombres en la tierra,

con luna y montes jóvenes. 48

«¿Cómo osas tú mis aguas transparentes

revolverlas así o mirarme a mí?

¡Te casarás conmigo, o gris y pálido

cual piedra aquí estarás!» 52

«¡No te desposaré! Ya estoy casado;

mi esposa joven ahora está de parto,

maldigo al animal que me condujo

a tu oscura caverna. 56

No he de quedarme aquí tornado en piedra,

sino que he de dejarte fría y sola

y yo he de cabalgar hasta mi casa

y aguas de cristiandad». 60

«Tú has de morir pasados ya tres días,

¡yacerás en tres días en tu féretro!»

«En tres días yo he de vivir tranquilo,

y moriré cuando lo quiera Dios

en las guerras cristianas. 64

Pero morir prefiero en esta hora

que en tu fría morada aquí yacer,

¡oh! Córrigan, qué extraño es tu poder

en el canto de la luna vieja». 68

* **

«¡Ah! madre mía, si me quieres bien,

¡hazme la cama! El pecho se me inflama,

veneno me ha caído a mí en mis miembros,

y un canto en mis oídos. 72

¡No la aflijas aún, nada le digas!

Que ella mantenga bien a nuestros hijos;

mas un hechizo me lanzó una córrigan,

y moriré en tres días». 76

Al tercer día mi señora habló:

«Buena madre, ¿qué es ese ruido que hacen?

En las torres hay fúnebres tañidos,

y hay sonido de luto. 80

¿Por qué los albos curas cantan bajo?»

«A un infeliz lo llevan a la tumba.

Durmió aquí anoche y cuando cantó el gallo

murió al amanecer». 84

«¿Dónde está mi señor?, dímelo madre».

«Hija mía, se ha ido al extranjero.

Antes de que se prendan aquí velas

sus pasos has de oír».



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.